El 6 de septiembre de 2022, asesinaron al periodista Humberto Coronel de ocho disparos cuando salía de Radio Amambay 570 AM, donde trabajaba en Pedro Juan Caballero, una ciudad situada en la frontera oriental de Paraguay con Brasil. El agresor abrió fuego desde una motocicleta y huyó del lugar.
Coronel, de 39 años, se convirtió en el periodista número 18 en ser asesinado en Paraguay en las últimas tres décadas y el séptimo en Pedro Juan Caballero, una ciudad profundamente impactada por el crimen organizado.
Ahora, un consorcio de periodistas busca retomar el trabajo que Coronel y otros dejaron inconcluso. Forbidden Stories, una organización sin ánimo de lucro con sede en París que continúa el trabajo de los periodistas silenciados, ha puesto en marcha la Alianza Paraguay en colaboración con el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y otros diez medios de comunicación asociados de América Latina y Europa.
Sus investigaciones, basadas en docenas de entrevistas, reportajes sobre el terreno y acceso a documentos judiciales, pretenden sacar a la luz las redes de crimen organizado y corrupción que operan en Paraguay. El martes, el grupo publicó tres nuevas historias.
Una de las investigaciones revela que los fiscales paraguayos no cooperaron con las autoridades brasileñas en la investigación del narcotraficante conocido con el alias de Minotauro, presuntamente vinculado al asesinato en 2020 del periodista Lourenço Leo Veras en Brasil.
Otra examina la muerte de Eulalio Lalo Gomes, un político asesinado en un tiroteo con la policía durante una redada en su casa en 2024, pocas horas después de ser acusado de lavado de dinero y asociación delictiva.
Una tercera investigación detalla cómo la laxitud en la supervisión de las armas de fuego en Paraguay ha permitido que el país se convierta en un centro de tráfico de armas, con importadores que inundan el mercado con más armas de las que el país puede absorber.
Según la Mesa de Seguridad para Periodistas, una organización sin ánimo de lucro con sede en Asunción que realiza un seguimiento de la violencia contra la prensa, los autores intelectuales de los asesinatos de periodistas no han sido identificados en aproximadamente el 90 % de los casos desde 1991. El grupo ha registrado más de 400 agresiones a periodistas en ese tiempo.
“Ejercer el periodismo en Paraguay, especialmente en las regiones fronterizas, es un acto diario de valentía”, afirmó José Pepe Costa, director de la organización. “Cada vez más periodistas tienen que trabajar con cautela y autocensurarse para evitar ser atacados, agredidos o amenazados”.
Los periodistas que participan en la Alianza Paraguay dicen que esperan que sus continuas investigaciones sirvan tanto de disuasión como de homenaje, no solo a Coronel, sino a los muchos reporteros que han arriesgado y perdido la vida en busca de la verdad.
Así es como Gloria Coronel recuerda a su hermano Humberto.
“Siempre hablaba de la discriminación, siempre hablaba de las cosas ilegales que estaban pasando”, dijo Gloria. “Le advertí que eso era peligroso, pero él decía que la gente tenía que saber lo que estaba pasando, que tenía que saber la verdad”.
Alianza Paraguay es el resultado de una coordinación de Forbidden Stories y de OCCRP, en colaboración con Cuestión Pública, Revista piauí, DDOSecrets, La Nación de Argentina, La Diaria e IrpiMedia. El grupo ABC Color colabora como socio en la republicación de los reportajes.